Lo primero, y lo más importante, es adquirir unos hábitos de higiene diarios para limpiar nuestro colchón, para que se mantenga siempre en condiciones higiénicas. De esta forma evitaremos la humedad en el colchón, y tendremos que desinfectar el colchón cada dos o tres. Estos hábitos son:
- Cambiar las sábanas sucias todas las semanas.
- Darle la vuelta para evitar la humedad en el colchón.
- Airear la habitación cada mañana al despertar.
- Limpiar el polvo acumulado con una aspiradora.
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Productos para limpiar el colchón
Hay muchas soluciones para limpiar un colchón manchado. Vinagre blanco, detergente, bicarbonato de sodio… ¡Puedes elegir el método que más te convenga! Cualquiera que sea la técnica, siempre limpie su colchón por la mañana para tener tiempo suficiente para ventilarlo durante el día y secarlo bien.
El vinagre blanco es un producto de limpieza ecológico y polivalente muy eficaz. De 8 a 10% de acidez, es capaz de higienizar, desodorizar y suavizar. La receta es sencilla: basta con mezclar 2 vasos de agua caliente y 2 vasos de vinagre blanco. Se utiliza en toda la superficie del colchón para dejar marcas, y se recomienda proceder con cinturones. Puedes limpiar poco a poco en cuadritos, unas 4 esponjas. Terminar aclarando con una toallita con agua limpia antes de secar con un paño seco y dejar el colchón al aire.
Agua y jabón
Cuando se detectan estas manchas, la solución más fácil para eliminarlas es aplicar agua y jabón natural. Estos componentes evitan que los tejidos se deterioren y suelen ser efectivos con la suciedad básica, como las derivadas de la alimentación o la cosmética.
Sin embargo, para tinciones más complejas, es conveniente aplicar otros métodos. Además, en el caso de mojar el colchón con agua, es importante tener en cuenta que la humedad no se acumule, porque podría provocar el efecto contrario.
Debemos evitar el contacto directo entre el agua oxigenada y el colchón, utilizando siempre un paño o esponja
La presencia de moho puede tener consecuencias o manchas de humedad en el colchón sudoración excesiva o derrame de algún líquido que no se arrojó correctamente.