Las ampollas y las abrasiones, como explicamos antes, se producen por el roce repetitivo en una zona del pie. Para prevenirlo, te damos 5 consejos para tener en cuenta su aparición y así evitar su aparición:
Es fundamental hidratar bien la piel durante todo el año con cremas específicas para los pies para evitar las rozaduras.
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Saca el barro de la zapatilla
Si es una zapatilla de trail, o si te pilla un día de lluvia y has bajado por senderos embarrados, mucho mejor secarla completamente.
La forma más fácil: darle una manguera rápida para desalojar la mayor cantidad de barro y suciedad adherida posible. Si ya está seco, lo mismo, podemos dejarlas en remojo un poco.
Quita los cordones de los zapatos blancos.
Es importante quitarse las tachuelas antes de ponerse zapatos blancos por varias razones:
- Accesibilidad: Quitando las tachuelas se puede acceder fácilmente a todas las zonas del zapato, incluso a aquellas que son de difícil acceso. para llegar a áreas como bordes y esquinas. Esto asegura una limpieza más profunda y efectiva.
- Protección: Si no se quitan los pasadores, existe el riesgo de dañarlos o rayarlos al intentar limpiar los zapatos. Cuando se retiran, se protegen y se mantienen en buenas condiciones.
- Limpieza más eficiente: La eliminación de los pasadores permite que la superficie del zapato quede más expuesta, lo que permite una limpieza más eficiente y profunda.
Limpieza de zapatillas de lona blancas
Las zapatillas de lona suelen estar hechas de lona, ya que es una fibra textil resistente. Para limpiarlos, solo ten en cuenta la textura de la tela, por lo que puedes usar detergente para ropa.
Es importante que sea un jabón con olor neutro, ya que al secarse no dejará fragancia en los zapatos. Si usas suavizante o ambientador en tus zapatos, corres el riesgo de que, cuando se sequen, desprendan mal olor.