Por muy bonitas que sean estas puertas, su cuidado y conservación hace que tengamos que estar muy atentos a este asunto ya cómo limpiarlo. Tienen una gran resistencia y durabilidad, aunque es necesario, junto con todos los muebles, limpiarlos a diario para que no formen polvo.
Para mantenerlo repetidamente basta con pasarle un trapo o plumero para que no queden marcas. No obstante, para una limpieza más profunda, te recomendamos utilizar diferentes productos para dejar tus puertas lacadas como nuevas.
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Cómo limpiar puertas lacadas en blanco
Si necesita limpiar puertas interiores lacadas en blanco, el procedimiento será muy similar, con la particularidad de que el color blanco requiere un proceso de limpieza más cuidadoso. , ya que es mucho más fácil ver manchas o contrastes por no limpiar todas las piezas por igual.
Limpiar periódicamente el interior y exterior del frigorífico
Además, otro aspecto importante a tener en cuenta para alargar la vida útil del frigorífico es intente limpiarlo en interiores y exteriores con regularidad. Por tanto, evitarás que la suciedad se acumule y las manchas queden incrustadas en el material y sean difíciles de quitar.
Una manera fácil de hacerlo es comenzar limpiando los estantes y los cajones. De esta manera, ahorrará tiempo y permitirá que su refrigerador permanezca impecable al traerlos cuando ya están impecables. En este caso, puedes empezar a dárselo con agua y jabón. Y luego aplica la mezcla de bicarbonato con agua para que lo dejes actuar unos minutos.
Cómo limpiar puertas lacadas en blanco con agua oxigenada y vaselina
Si te preguntas cómo blanquear puertas lacadas, puedes aprovechar los beneficios del agua oxigenada y también de la vaselina líquida.
El primero quitará la suciedad y eliminará el tono amarillento que tantas veces se deposita en las puertas blancas, y el segundo te ayudará a mejorar su brillo y mantenerlas en buen estado durante más tiempo.
Productos de primera necesidad
- 3 cucharadas de bicarbonato de sodio.
- Un poco de jabón líquido pH para platos o ropa.
- Zumo de medio limón.
- Oxígeno activo.
- Dos paños de microfibra.
- Mezcla el bicarbonato de sodio, el jabón y el limón para hacer una pasta.
- Con una de las prendas ligeramente humedecidas, aplicar la pasta para formar y dejar actuar unos minutos.
- Frota toda la superficie, centrándote en las manchas más rebeldes, como las partes cercanas al manillar.
- Limpiar el pomo, el manillar o la empuñadura únicamente con un paño humedecido en agua y jabón de manos.
- Humedece el otro paño con oxígeno activo y elimina cualquier resto del limpiador de bicarbonato.
- Finalmente, secar completamente y ¡listo!


























