Lo segundo que podemos hacer es reducir la porosidad de la pared a tratar y para ello podemos optar por aplicar soluciones pertinentes a base de resinas, caucho y látex. Estos materiales se aplican generalmente en piscinas y podemos colocarlos mediante inyecciones controladas, con el fin de rellenar cualquier poro o hueco que se encuentre en nuestra pared. El objetivo de esto es poder hacer una barrera impermeable que no permita que el agua se extienda más a través de nuestras paredes, sino que se quede en el suelo.
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Evaluar los daños
La reparación no solo reduce los costes necesarios, sino que también conserva la mayor parte de la estructura original de la fachada.
Una regla general cuando se trata de reparaciones de caras de piedra es reemplazar cualquier piedra dañada, rota o desgastada. El desafío es decidir cuándo parar.
Paso 4: prepara la argamasa
Este punto es importante, ya que debes usar la misma argamasa que la de la pared. Existen en el mercado morteros especiales a base de cal o cemento para el rejuntado de muros exteriores de piedra. Según los expertos, el mortero de cal es menos dañino.
En cualquier caso, los fabricantes garantizan, con cualquiera de sus productos, la impermeabilidad al agua y la permeabilidad al vapor, factores muy importantes a tener en cuenta.
Reparación de juntas de mortero en muros de piedra
Otras veces, el daño de un muro de piedra se manifiesta en las juntas de mortero. En este caso, se debe cincelar el mortero con cincel fino y martillo, limpiando la junta hasta que el mortero quede sólido.
A continuación, se hace una nueva mezcla de mortero hasta obtener la consistencia apta para el uso y se rellena la junta dañada, previamente rociada con agua.
Revestimiento interior de muros de piedra
Estas casas de piedra han sufrido humedades durante varios años. Fueron rejuntados externamente con mortero a base de cemento, que se estaba desconchando, lo que permitía que la humedad se filtrara en las paredes.
Por dentro estaban revocadas con yeso, que además era poco transpirable, por lo que la humedad quedaba atrapada en las paredes. Esto los enfrió, lo que fomentó la condensación y empeoró aún más las cosas. El yeso literalmente se caía de las paredes.