Como se mencionó anteriormente, el acero galvanizado es un acero con una capa de zinc firmemente adherida. Esto evita la corrosión y aumenta la vida útil del material. Sin embargo, aunque el galvanizado es resistente a la oxidación y la corrosión, puede ensuciarse y le ayudaremos a manejarlo adecuadamente.
¿Cómo limpiar acero galvanizado? o en caliente, mediante el proceso de galvanizado en caliente. Consiste en introducir piezas de acero en zinc fundido, a una temperatura de unos 450 °C hasta obtener un recubrimiento de 7-42 micras (recubrimiento bajo, controlado por la norma UNE EN ISO 10346) o de 45-200 micras (alto alto). . . , regida por la norma UNE EN ISO 1461). Mediante la unión metalúrgica del zinc al acero se crea una capa muy adherente, resistente a los golpes y muy dura, especialmente indicada para uso en exteriores y en ambientes húmedos o corrosivos.
El proceso de cincado es un proceso electrolítico, como el cromado o el cobre, a veces llamado galvanizado en frío (incorrectamente), donde la capa de zinc es de 5-20 micras, y está controlado por la UNE EN ISO 2081 o la UNE Norma EN ISO 10152. Al ser esta capa más fina que el revestimiento galvanizado, suele estar indicada únicamente para interiores, ya que las piezas son más lisas y uniformes, lo que aumenta su valor estético. Por eso, a veces hablamos de pequeñas piezas electrónicas que están galvanizadas, por ejemplo, cuando en realidad son zincadas. Si pasan por un proceso de pasivación, sin embargo, la protección aumenta, pero no llegará al nivel de protección de la galvanización, a menos que implique tratamientos especialmente costosos.
Limpieza con líquidos
Este método es más complicado que el anterior y requiere un espacio industrial donde podamos manipular las sustancias sin riesgo.
Asimismo, este método es recomendable cuando nuestra lámina ha estado mucho tiempo guardada y ha adquirido manchas de humedad y suciedad difíciles de eliminar.
¿Cómo limpiar el acero galvanizado?
1.- Agua limpia y esponja
Si la superficie a limpiar es pequeña o si hay restos de polvo o barro, simplemente use agua limpia y una esponja suave (o un paño) para que puedas quitar fácilmente toda la suciedad. Si es una pared o un techo, lo mejor es usar una manguera de presión suave y limpiarla como lo harías normalmente con otras superficies.